Después de un lustro de espera debido a la pandemia, el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México vivió un memorable estreno de la ópera Lady Macbeth de Mtsensk, una obra maestra del compositor ruso Dmitri Shostakóvich que ha perdurado a lo largo de los años. Con una puesta en escena de Marcelo Lombardero y la dirección musical de Migran Agadzhanyan, esta tragedia lírica, basada en la novela de Nikolái Leskov, ofrece una impactante visión del amor, el deseo y la violencia en la Rusia zarista.
La ópera, estrenada en 1934, fue inicialmente un éxito en su lanzamiento, pero sus temas oscuros y el tratamiento innovador de Shostakóvich le valieron la desaprobación de Stalin, quien en su momento la tildó de “caótica” y “poco edificante”. Con el tiempo, los críticos han considerado la obra como una de las más audaces de su autor, ya que anticipó las tensiones sociales y políticas que marcarían los años siguientes en la Unión Soviética.
¿De qué trata la obra?
Lady Macbeth de Mtsensk no se trata de una ópera convencional. La historia se centra en Katerina, una mujer atrapada en un matrimonio sin amor, que se embarca en un camino de destrucción al enamorarse de un joven empleado, Serguéi. A través de su relación, Katerina se enfrenta a la brutalidad de un mundo patriarcal en el que el amor, el deseo y la venganza se entrelazan de manera desgarradora.
La puesta en escena en Bellas Artes, aunque de una estética más contenida, no escatimó en mostrar el drama sexual y la violencia inherente a la trama. Los personajes de Katerina, interpretada por la poderosa Lada Kyssy, y Serguéi, a cargo del tenor Sergei Radchenko, fueron claves para el desarrollo de una atmósfera de tensión y lujuria. La escenografía, diseñada por Diego Siliano, y la iluminación de Rafael Mendoza crearon un ambiente sombrío que reflejaba la opresión de los personajes.
La inspiración de Shostakóvich para la obra
La historia detrás de Lady Macbeth de Mtsensk es también un testimonio de la lucha de Shostakóvich con el régimen soviético. Aunque el público inicialmente recibió la obra con mucho entusiasmo, la crítica oficial la rechazó rápidamente después de que Stalin asistiera a una función en 1936. Su condena a la ópera, junto con el editorial anónimo en Pravda, llevó a Shostakóvich a revisar su estilo y adaptar su música a los requerimientos del régimen.
Este estreno en México resalta la relevancia atemporal de la ópera, con una puesta en escena que busca resonar en un mundo contemporáneo marcado por las luchas por la justicia social y la igualdad de género. En el escenario de Bellas Artes, los temas de opresión y violencia de género parecen encontrar eco en nuestra realidad actual.
La experiencia cultural de la obra en México
El estreno de Lady Macbeth de Mtsensk en México no solo fue una experiencia cultural única, sino también una oportunidad para reflexionar sobre los ecos contemporáneos de la opresión y la lucha por el poder. La tragedia de Katerina, quien termina pereciendo en la fría estepa siberiana junto a su amante, se convierte en una metáfora del sufrimiento femenino y la brutalidad de un sistema social y político despiadado.
La producción en Bellas Artes logró un rotundo éxito, no solo por su dirección artística, sino también por la interpretación vocal y orquestal, que cautivó al público durante toda la función. La participación del coro, bajo la dirección de Andrea Faidutti, y el trabajo de maquillaje y vestuario, a cargo de Cinthia Muñoz y Luciana Gutman, completaron una puesta en escena de gran fuerza emocional.
Un Legado Musical de Shostakóvich
Lady Macbeth de Mtsensk es una obra que sigue generando controversia y admiración, décadas después de su creación. Descritos como un ‘noir musical’, la ópera enfoca el amor trágico, el crimen y la brutalidad, elementos que convierten la obra en una pieza única dentro del repertorio operístico.En su estreno mexicano, la obra no solo reafirmó la genialidad de Shostakóvich, sino que también ofreció una nueva interpretación del sufrimiento y la resistencia humana.
Este evento marca un hito cultural en el panorama mexicano, demostrando que las grandes obras de la música clásica, como Lady Macbeth de Mtsensk, siguen siendo profundamente relevantes y capaces de conmover a nuevas generaciones de espectadores.






